I walked into Fit for Her Owasso with my lack of confidence and insecurities tied up in a knot like shoelaces inside my stomach. I didn’t want a commitment; so I took the no-contract package at this little cute gym just a stone’s throw away from where I live. What I needed, above all, was a non-judgmental place where I could feel welcomed and at ease.
I was between jobs and had recently gone through a series of losses. My dear friend had died and I felt devastated. Additionally, the flash drive containing the book I was writing disappeared from my computer at work, and the backup drive at home broke. I was battling mood swings, and the effects of the medication I take to control them.
I didn’t feel good about myself, but I had to exercise to counteract the effects of meds. The drugs I take for my condition make my muscles cramp; make me gain weight and feel nauseated, among many other side effects. I didn’t join to lose weight. I joined the gym as a way of coping with suicidal depression, and co-habit with the delusions in my mind.
I started working out alone, but soon joined the Zumba® classes. The loud music and high impact environment over stimulated me and I felt a little too excited at times. I screamed in those classes, and danced off tempo to the amusement of my peers and instructors. Sometimes, when the music was in Spanish I felt overwhelmed by emotions and cried while jumping and dancing to the upbeat rhythms. I feared I was going to be kicked out! I tried other classes: Pilates-yoga, high impact, low impact, lightweights, and repetitive intervals. Now I can’t decide which group I like the most.
As a result of my recently acquired discipline, I have lost weight, increased flexibility, and toned some muscles; I also sleep better and experience less muscle cramps. Best of all, I feel part of a community with a strong sense of sisterhood. The atmosphere is non-competitive, and to this day I have never heard gossiping or ill comments about anybody.
I am so grateful that this gym has a non-toxic, jovial, and friendly atmosphere. By accepting my oddities, they have reassured me that being a little strange is not a big deal. Their understanding and support lifts my spirit on gloomy days, or calms me down when psychosis or depression were taking the best of me. Toned muscles and a few pounds less is a side effect I am willing to take any day.
Entré a Fit for Her Owasso con la inseguridad atada en el estómago como los cordones de un zapato. No quería compromisos, de manera que tomé un paquete sin contrato en este gimnasio pequeño y lindo cerquita de donde vivo. Sobre todo necesitaba un lugar donde me pudiera sentir bienvenida, a mi gusto, y no cuestionada.
Me encontraba entre empleos, y recién había pasado por una serie de pérdidas. Mi gran amiga había fallecido y me sentía destrozada. Además mi archivo digital con el libro que estaba escribiendo desapareció de la computadora de mi trabajo, y el repuesto que tenía en casa se dañó. Estaba combatiendo vaivenes del estado de ánimo, y los efectos secundarios de los medicamentos que tomo para controlarlos.
No me sentía bien conmigo misma, pero tenía que hacer ejercicio para contrarrestar los efectos de las medicinas. Las drogas que tomo para mi condición me dan calambres, me hacen ganar peso, y sentir nauseas, entre otros efectos. No me inscribí en el gimnasio para perder peso. Me inscribí como una manera de enfrentar la depresión suicida, y cohabitar con las delirios en mi mente.
Comencé haciendo ejercicio sola, pero pronto me acerqué a las clases de Zumba®. La música estridente y el ambiente de alto impacto me sobre estimularon y a veces me sentí demasiado emocionada. Gritaba en esas clases, y bailaba fuera de tiempo para el deleite de mis compañeras e instructoras. Algunas veces cuando la música era en español, me sobrecogían las emociones y lloraba mientras brincaba o bailaba al compas de los ritmos alegres. ¡Me dio miedo que me botaran! Intenté otras clases: Pilates, yoga, alto o bajo impacto, pesas livianas, intervalos. Ahora no puedo decidir cuál grupo me gusta más.
Como resultado de mi recién adquirida disciplina, he perdido peso, he ganado flexibilidad y tonificación muscular; también duermo mejor y no sufro de tantos calambres. Lo mejor de todo, es que me siento parte de una comunidad con un fuerte sentido de hermandad femenina. La atmósfera no es competitiva, y hasta el sol de hoy no he escuchado chismes ni comentarios nocivos sobre nadie.
Estoy tan agradecida a este gimnasio por ambiente no-tóxico, jovial y amigable. Al aceptar mis rarezas, me han asegurado que ser un poquito extraño no es un problema grande. Su comprensión y apoyo levanta mi ánimo en los días oscuros, y me calma cuando la psicosis o la depresión se llevan lo mejor de mi. Estoy dispuesta a tomar mis músculos tonificados y unas cuantas libras menos como efectos secundarios cualquier día.
Hola Lisbeth, que gusto saber que el ejercicio te haga tanto bien, me apena saber que hayas perdido el archivo de tu libro. Me encanta saber de tí y te felicito por este blog. Siento mucho lo de la pérdida de tu amiga. He querido llamarte pero el teléfono que tengo ya no te corresponde, voy a tratar de enviarte un e – mail para contarte de mi.
Te mando un fuerte abrazo con todo mi cariño
Ma. Cristina Farías