Spanish Version follows
Once again the Oklahoma legislature is out to get the mentally ill of our good o’ state. This time Mental Health and Substance Abuse services are at risk of being cut due to insufficient funding. Hard as I try, I can’t figure out a reason why educated, well-intentioned politicians might want to cut funding for a segment of our population. Perhaps what lies behind such a detrimental idea is ignorance of how investing in Mental Health and Substance Abuse treatment benefits our community at large. My personal case is an example of all the good that spills out to the community when the mentally ill receive quality treatment.
After 16 years of living with mental illness, I can happily say my life is better because of treatment. Although I will always live with the symptoms of mental illness and the effects of the strong medication I take to control those symptoms, I live a drama free, healthy life. Consequently, my children have grown in a peaceful home, and have learned to cope with stress and the difficulties of life in a healthy way. Never has the police come into my house to mediate a domestic dispute or restrained me in anyway. I do not use public services designed to control mentally ill. Effective treatment actually translates in less public spending.
Because of effective treatment and sustained recovery, I am able to hold a job I love. My part time job gives me direction and purpose. Additionally, the small income I earn feels good, doesn’t have detrimental side effects. My modest income also helps the local economy since I spend my money wisely and even save some. I experience feelings of wellbeing and need less medication. Thus, I am not a financial burden to my family or society.
Through my job, I am in a position to assist others in need. I do not only teach my students to develop college level writing skills, I also help find a shelter for the homeless student, or treatment for the one who might show signs of addiction. Also, my small income allows me to make small donations to a school so that students in need can attend a special events or trips they could not afford otherwise. Their grades soar.
My personal example shows that investing in Mental Health and Substance Abuse treatment benefits the community at large. As an individual who receives quality mental health treatment, I live a healthier life, need less medication, and do not occupy the expensive services of law enforcement agencies. The resulting sustained recovery allows me to work and benefit the community at large.
Una vez más la Legislatura de Oklahoma sale a perjudicar a los enfermos mentales del estado. Esta vez los servicios de Salud Mental y Abuso de Drogas están en peligro de ser eliminados debido a recortes presupuestarios. Por más que lo intento, no me puedo imaginar por qué políticos educados y bien intencionados quisieran recortar los fondos para un segmento de nuestra población. Quizá lo que está detrás de esta idea tan perjudicial es ignorancia de cómo la inversión en el tratamiento de Salud Mental y Abuso de Drogas beneficia a nuestra comunidad en general. Mi caso personal es un ejemplo de todo el bienestar que se extiende a la comunidad cuando el enfermo mental recibe tratamiento de calidad.
Después de 16 años viviendo con una enfermedad mental puedo decir felizmente que mi vida ha mejorado con el tratamiento. A pesar de que siempre viviré con los síntomas mentales y con los efectos de las medicinas fuertes que tomo para controlar esos síntomas, vivo una vida saludable y libre de drama. En consecuencia, mis hijos han crecido en un ambiente de paz, y han aprendido a lidiar con el estrés y las dificultades de la vida de manera saludable. La policía nunca ha tenido que venir a mi casa a mediar disputas domésticas o inmovilizarme de ninguna manera. No uso los servicios públicos diseñados para controlar a enfermos mentales. El tratamiento efectivo se traduce en un gasto público menor.
Debido al tratamiento efectivo y la recuperación sostenida, soy capaz de mantener un trabajo que me gusta. Mi trabajo medio tiempo me da dirección y propósito. Además, el pequeño ingreso que genero me hace sentir bien, y no tiene efectos secundarios perjudiciales. Mi modesto ingreso también ayuda a la economía local puesto que lo gasto sabiamente y hasta puedo ahorrar. Yo experimento sentimientos de bienestar y necesito menos medicamentos. Como resultado, no soy una carga financiera ni para mi familia ni para la sociedad.
En mi trabajo, estoy en la posición de asistir a otros más necesitados. No sólo enseño a mis estudiantes a desarrollar habilidades de escritura a nivel de post-secundaria, también ayudo a encontrar un refugio para el estudiante que está desamparado, o tratamiento para el estudiante que muestra síntomas de adicción. De la misma manera, mi modesto ingreso me permite hacer pequeñas donaciones a una escuela para que algunos de sus estudiantes necesitados puedan asistir a eventos especiales o a viajes que no hubieran podido pagarse de otra manera. Sus notas mejoran significativamente.
Mi ejemplo personal demuestra que la inversión en tratamiento de Salud Mental y Abuso de Drogas beneficia a la comunidad en general. Como individuo que recibe tratamiento de salud mental de calidad, vivo una vida más saludable, necesito menos medicamentos, y no ocupo los costosos servicios de las agencias de orden público. La resultante recuperación sostenida me permite trabajar y beneficiar a mi comunidad en general.