En el 2007, cuando los chistes de Jay Leno sobre la conducta errática de Britney Spears hacía reír a la audiencia del Tonight Show, yo estaba pasando por un episodio psicótico y lloraba con cada frase clave. Una noche no aguanté más. Doblada en posición fetal en el sofá frente al televisor lloré amargamente, mientras mi esposo me miraba sin entender cómo un programa cómico me podía afectar tanto. Con el resto de la sanidad que me quedaba, saqué fuerzas y llamé a mi médico porque había llegado a pensar que Jay Leno se estaba burlando de mi.
El médico ajustó la dosis, lo cual me puso nuevamente en el camino de la recuperación. Ese fue el momento en el que entendí cómo separar las creaciones de mi mente de la realidad. Desde entonces usé el monólogo del famoso comediante como indicador de mi psicosis. Si se refería mi, debía llamar al médico. Ahora que Jay Leno se acaba de retirar oficialmente del Tonight Show no cuento más con ese instrumento.
Lo interesante es que yo percibía a Leno como un viejo amigo que me inspiraba confianza. Al mismo tiempo la decisión de llamar al médico surgió de cierto anclaje en la realidad, que me permitió ver lo absurdo mis pensamientos sicóticos. Si mi esposo o mis hijos me hubieran pedido llamar al médico, no hubiera tenido el mismo efecto. Es decir, me habría mejorado pero sin entender. Mi familia es mi red de apoyo; puedo confiarles mi vida, pero ellos no son mi caja de herramientas. Puedo, pero no debo depender de ellos para reconocer mis síntomas o tomar decisiones sobre mi tratamiento. La idea de recuperación se basa precisamente en internalización e independencia, en el desarrollo de destrezas idiosincráticas para enfrentar esos pensamientos y emociones que van más allá de la comprensión racional.
Voy a extrañar a Jay Leno, un hombre al que nunca he conocido y probablemente nunca conoceré. Su humor me ayudó a enfrentar mis síntomas durante algunos momentos oscuros de mi vida. No sé cuál será mi próximo indicador de psicosis, o que forma tomará. Sólo sé que debe incluir confianza y humor.
In 2007, when Jay Leno’s jokes about Britney Spears’ erratic behavior rocked the Tonight Show audience, I was going through a psychotic episode and cried at every punch line. One night I couldn’t take it any longer. Curled in fetal position on the sofa in front of the TV, I wept bitterly while my husband looked at me unable to understand how a funny show could affect me so much. With the rest of the sanity I still held, I summoned strength and called my doctor because I had come to think that Jay Leno was making fun of me.
The doctor adjusted the medication, which placed again on the road to recovery. That’s how I first understood how to separate the creations of mind from the reality. From then on, I used the famous comedian’s monologue as my indicator for psychosis. If it referred to me, I had to call my doctor. Now that Jay Leno has officially retired from the Tonight Show, I don’t have that indicator anymore.
What’s interesting is that I perceived Leno as an old friend who inspired trust. At the same time, the decision to call the doctor was born from some anchor in reality that allowed me to see the absurdity of my psychotic thoughts. If my husband or children had told me to call my doctor, it wouldn’t have worked in the same way. My family is my support network; I trust them with my life, but they are not my toolbox. I can, but shouldn’t depend on them to recognize my symptoms or make decisions about my treatment. The idea of recovery stands on self-realization and independence, on the development of idiosyncratic coping skills to deal with thoughts and emotions that are far beyond rational comprehension.
I am going to miss Jay Leno, a man I never met and probably never will. His humor helped me cope during some dark hours in my life. I don’t know what my next indicator of psychosis will be or will look like. I just know it must include trust and humor. Good Bye, Jay.
ejemplo ha seguir en cual quier punto de nuestras vidas te admiro mucho por saber que hacer y como hacerlo te quiero ya llegara otro punto y en ese momento sabras que hacer tambien