The 650 students marched the processional with their burgundy gowns and their geometrical caps before the school authorities took turns in congratulating the graduates and wishing them a successful life. As we sat there waiting for our son’s turn to get his high school diploma, we held hands and looked into each other’s tearful eyes feeling proud and relieved. Our youngest son just finished high school. With that, a stage of my lives ends and the future opens up as an adventure.
I will no longer bus children to activities, or review weekly schedules, attend parent teacher conferences, or periodically check my son’s bedroom for signs of mischief. I will no longer monitor time spent playing video games, or remind him of upcoming deadlines or examinations. Far away will be the days of buying presents for his friend’s birthdays, or keeping grandparents on the loop for important milestones. From now on, he makes his own decisions and hopefully will keep us, his parents, on the loop of his future milestones. We hope that he makes the best with what we have given him.
Now it’s just us, without the children, adjusting to life in a big city, starting new in our fifties, finding what truly holds us together. We will be able to be young again. Am I naïve to go into this stage with romantic expectations that our love will strike a new spark in a fascinating city filled with opportunities to grow as a couple? We gave our best as parents; now it’s time to give our best as spouses.
Most importantly, I promise to give the best to myself. Although I am starting late, this is my chance to flourish. Without any more constraint, no more immigration hurdles and no more adjusting to my mental condition, I must find the trailhead and start my own path that will lead to my life’s most important moment. I should bring along a good set of supplies to survive the obstacles: my skills, talents, and most of all the same passion and determination that I put in raising my children. This is my time and it begins with the high school graduation of my youngest son.
Los 650 estudiantes marcharon en la procesión con sus togas color vino tinto y sus birretes geométricos antes que las autoridades de la escuela se turnaran en felicitar a los graduandos y desearles una vida exitosa. Mientras esperábamos sentados a que nuestro hijo recibiera su diploma de educación secundaria, nos tomamos de las manos y miramos en nuestros ojos llorosos sintiéndonos orgullosos y aliviados. Nuestro hijo menor se acaba de graduar de la escuela. Con ello, una etapa de mi vida se cierra y el futuro se presenta como una aventura.
Ya no tendré que llevar a niños a sus actividades, o revisar los horarios de la semana, asistir a juntas de padres y representantes, o chequear periódicamente la habitación de mi hijo buscando señales de mala conducta. No tendré que monitorear más el tiempo que pasa jugando video juegos, o recordarles fechas límites o exámenes. Quedarán lejos los días de comprar regalos de cumpleaños para sus amigos, o informar a los abuelos de los momentos importantes. De ahora en adelante el toma sus propias decisiones y ojalá nos informe de sus eventos importantes. Ojalá saque buen provecho de lo que le dimos.
Ahora estamos solos, sin niños, acostumbrándonos a la vida en una ciudad grande, comenzando de nuevo a los cincuenta, encontrando lo que realmente nos une. Podemos ser jóvenes otra vez. ¿Estaré siendo muy inocente al entrar en esta etapa con expectativas románticas que nuestro amor revivirá en una ciudad fascinante llena de oportunidades para crecer como pareja? Dimos lo mejor como padres; ahora es hora de dar lo mejor como esposos.
Lo más importante, me prometo a mi misma darme lo mejor. A pesar de que estoy comenzando tarde en la vida, esta es mi oportunidad de florecer. Sin más restricciones, si más trámites de inmigración y sin más ajustes a mi condición mental, debe encontrar el comienzo de la senda, y comenzar el camino que me llevará al momento más importante de mi vida. Debo traer conmigo un buen suministro para superar los obstáculos: mis destrezas, mi talento, y la misma pasión y determinación que puse en levantar a mis hijos. Este es mi momento y comienza con la graduación de mi hijo menor.
What a nice way to look at this new chapter in your life. You truly deserve a very healthy and peaceful life. Enjoy!
Thanks. Yes, I am very excited about this new stage in our lives, empty nester as they call it.